viernes, 29 de enero de 2016

José David González, un palabrero en derechos indígenas


Los wayuu son la comunidad indígena mayoritaria en Venezuela, asentada en pueblos que se extienden hasta el territorio colombiano.  Sus normas son un conjunto de principios, procedimientos y ritos, transmitidos oralmente de generación en generación, que organizan la vida comunitaria. Cuando existe una falta, o surge un problema que resolver, se utilizan pütchipü’üis, o “palabreros”, quien tras haber escuchado a las partes en conflicto sugiere a las autoridades indígenas como resolver la situación por métodos pacíficos. Este sistema normativo wayuu de los palabreros es de una importancia tal que forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad reconocido por la UNESCO.


José David González, wayúu y Coordinador del Comité de derechos Humanos de la Guajira, vive esta vocación de servicio para mejorar la calidad de vida de sus hermanos y hermanas indígenas e intermediar, con las diferentes autoridades, para solucionar los conflictos. Metafóricamente, es un “pütchipü’üi” prestado al mundo de la defensa de los derechos humanos.

Como recuerda la Unesco, un buen palabrero actúa con “diplomacia, cautela y lucidez”, lo cual también puede describir el trabajo realizado por un promotor de derechos humanos. Formado bajo una educación católica, bajo los misioneros de La Consolata en el estado Zulia, González desarrolló como misionero, catequista y coordinador de la pastoral indígena, su pasión por la defensa de los más vulnerables: “Me indigna –nos dice- la injusticia, los atropellos hacia una mujer, un joven o un niño”. Fue en ese entorno espiritual donde José David aprendió a escuchar las demandas y exigencias de las comunidades e intentar que fueran satisfechas por quienes tenían la posibilidad para ello: “En la parroquia donde estuve también era un espacio para buscar soluciones a los problemas, la falta de agua, temas de vialidad, etc. Allí le abrimos las puertas a los funcionarios para buscar salidas, teniendo la iglesia un trabajo de mediación”, afirma.

En 1999 José David, y otros indígenas como él, iniciaron el Comité de Derechos Humanos de la Guajira. Hoy son un equipo de trabajo de alrededor de 15 personas, que en medio de un entorno difícil defienden los derechos de las comunidades de la Guajira venezolana. Teniendo como aliados a Radio Fe y Alegría, en donde forman parte de la red de corresponsales indígenas, y con el apoyo de otras ONGs, el Comité ha venido acompañando a las víctimas y ha visibilizado situaciones complejas como las derivadas de la militarización del territorio wayúu o la estigmatización a todo un pueblo debido a la situación de escasez de productos básicos. Diplomacia, cautela y lucidez describen el trabajo de José David González. Pero habría que añadirle la sensibilidad y entrega que caracterizan a quienes escogen la defensa de los derechos humanos no como una plataforma burocrática, sino como una opción de vida para sí mismos y los demás.




Escrito por Rafael Uzcátegui, PROVEA.

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