El 10 de diciembre de 1948 la Organización de Naciones
Unidas (ONU) proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La
humanidad se comprometió a erradicar las torturas, asesinatos, ejecuciones
sumarias y discriminaciones. Afirmamos que todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, que todas las personas deben gozar y hacer realidad
integralmente todos los derechos humanos. Defender y promover estos derechos,
la igualdad, la justicia y la libertad es tarea de todos y todas.
10 de diciembre de 1984. Hace 30 años.
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba y proclama la Convención Contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes. Ninguna
persona debe ser torturada o maltratada. La dignidad del ser humano debe
prevalecer sobre cualquier consideración.
15 de diciembre de 1999. El pueblo
venezolano aprueba por mayoría absoluta una nueva Constitución para la
República que establece la preminencia de los Derechos Humanos y refunda la Nación
como un “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”. Todos estos
logros han sido frutos del esfuerzo, del trabajo y sufrimiento de millones de
personas. Hombres y mujeres que han dado su vida para promover la vida,
dignidad, derechos, paz y justicia para todos y todas.
Pero la Lucha sigue: actualmente se está realizando el juicio contra los 17 funcionarios
policiales del Municipio Puerto Cabello que asesinaron vilmente a Willy
Chirinos González hace 4 años. También se está realizando en Maracaibo el
juicio contra los 11 funcionarios de la Policía Regional del Estado Zulia que durante
varios días sometieron a terribles e infames torturas a José Francisco Matheus.
Y en Caracas está sometido a juicio, Ángel Romero Bracho alias “Manguera”, el
sicario que asesinó el 3 de marzo de 2013 al Cacique Yukpa de la dignidad
Sabino Romero; mientras que los policías municipales de Machiques, cómplices y
encubridores, admitieron los hechos y fueron sentenciados a sólo 7 años de
prisión.
Seguimos acompañando a organizaciones herederas de luchas y
saberes ancestrales como la Organización Regional de Pueblos Indígenas de
Amazonas (ORPIA) y otras organizaciones indígenas en su titánico esfuerzo por
defender la Madre Tierra y la humanidad toda de la depredación de la minería
ilegal y por el reconocimiento de las
tierras colectivas y territorios indígenas aún no oficialmente reconocidos y
demarcados a pesar del mandato constitucional de hace más de 14 años. Así como la lucha por la dignidad de los
pueblos Wayuu y Añu del Comité de Derechos Humanos de la Guajira que alienta el
sentimiento colectivo y nutre la lucha de los pueblos originarios que durante
más de cinco siglos de historia y resistencia continúan en la batalla por la
supervivencia de la especie humana, de la cual somos orgullosamente sus hijos e
hijas, hermanos y hermanas, por lo que no nos sentimos avergonzados de ser
indios y descendientes de indígenas, pese a la campaña difamatoria contra
nuestra gente que obedece a valores que subyacen en el imaginario de grupos de
poder herederos del coloniaje.
Denunciamos la injusticia que se ha venido
agravando con el pasar de los días luego de que las tierras ancestrales y
sagradas de los Wayuu y Añu fueran militarizadas en el año 2010 y temblamos de
indignación cuando oficiales y efectivos de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB), particularmente del ejército venezolano y la Guardia
nacional Bolivariana, prevalidos de poder, tapándose con el honroso uniforme
militar, violentan el Estado de Derecho
y arremeten contra los descendientes de
los pueblos ancestrales que son criminalizados y estigmatizados como
bandoleros, bachaqueros, contrabandistas,
guerrilleros, paramilitares o
colaboradores de grupos generadores de violencia que operan en la frontera, al
desplazarse por su hábitat natural.
En menos de cuatros años que tiene
operando el Distrito Militar 1 en la Guajira venezolana, los defensores de los
derechos humanos hemos registrado, procesado y sustanciado en un informe
consignado en las distintas instancias del Poder Público Nacional: quince(15)
muertos, treinta y tres (33) heridos,
quince (15) torturados, un (01) secuestrado, un (01) desaparecido y veintisiete
(27) personas privadas ilegítimamente de la libertad -la mayoría de ellas-
sometidas a operaciones psicológicas y de terrorismo judicial con aplicación de
métodos prohibidos por la Constitución Nacional, con el deliberado
propósito que confiesen bajo coacción y
admitan su responsabilidad penal, aun siendo inocentes, para poder recuperar su libertad, relegando
la jurisdicción especial indígena consagrada en el artículo 260 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Y aún falta mucho camino: no han sido enjuiciados los sicarios y policías que
asesinaron a Robert Serra, ni los Guardias Nacionales que detuvieron y
desaparecieron a Simón León García en El Tigre en el 2004, ni los funcionarios
del CICPC responsables de la Desaparición Forzada de los esposos Franco Suárez
en el Táchira, ni los ganaderos y autores intelectuales que contrataron a los
sicarios que asesinaron a Sabino Romero y desaparecieron a Simón León García y a
cientos de campesinos y campesinas, luchadoras y luchadores sociales. Continúan
las detenciones arbitrarias, maltratos y robos de funcionarios policiales y
militares a los indígenas en el Zulia y Amazonas. Basta de maltrato e
impunidad.
Es urgente la
implementación de la revolución judicial y policial como lo consagra el Plan de
la Patria que establece como prioridad “Impulsar una profunda, definitiva
e impostergable revolución en el sistema de administración de Justicia”,
“Culminar el proceso de refundación y depuración del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC)”; así como la atención integral, rehabilitación,
protección, reparación e indemnización a todas las víctimas; estableciendo de
forma permanente el “Sistema Nacional de Atención a las Víctimas”.
Nosotras y nosotros, herederas y herederos de las luchas y sueños de
Guaicaipuro, José Leonardo Chirinos, Josefa Camejo , Argimiro Gabaldón, Dilia
Antonia Rojas, Freddy Dugarte, Zobeyda Jiménez “la muñequera”, Sabino Romero, Engel
y Douglas Pérez Heredia, entre otros muchos, declaramos que no descansaremos en
nuestras tareas y esfuerzos por construir un mundo más justo, humano y
fraterno. Un mundo donde prevalezca la preeminencia de los derechos humanos y
la dignidad de toda la humanidad, en armonía con nuestra Madre Tierra y nuestro
Padre Universo. Hacemos un llamado fraterno a todos y todas a sumarse a esta hermosa
y heroica lucha por la justicia y la dignidad.
En Venezuela a los diez (10) días del
mes de diciembre de 2014.
¡La lucha sigue! ¡Sin Justicia no hay revolución! ¡Sin Justicia No Hay Paz!
·
Asociación
de Defensores de Derechos Humanos Dilia Antonia Rojas.
·
Comité de
Derechos Humanos en Educación,
Acción y Defensa del Estado Guárico.
·
Comité de Derechos Humanos de la
Guajira.
·
Comité de Derechos Humanos de Valera,
Estado Trujillo.
·
Consejo Comunal Renacer de Bolívar, La
Vega, Distrito Capital.
·
Consejo Comunal Tiempo de Dios de San
José, La Vega, Distrito Capital.
·
Frente
Clasista Argimiro Gabaldón.
·
Organización Regional de Pueblos
Indígenas de Amazonas (ORPIA).
·
Red de
Apoyo por la Justicia y la Paz.
·
Red de Educación y Comunicación Indígena de
Venezuela.
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